Nunca Quiero.

A veces te observo y me pregunto: ¿Qué debo hacer para hacerte feliz?
Nunca quiero hacer llover tus ojos ni entristecer tu sonrisa,
porque, así como mantienes viva mi alma, quiero que la tuya sea feliz.

Nunca quiero sentir el frío de una caricia hipócrita,
nunca quiero ver cómo se apaga la luz de tus pupilas
y tampoco quiero ver cómo se aleja tu mano de la mía...

Me gusta más ver entrelazados nuestros dedos;
mientras veo pasar la vida a tu lado.
Me gusta más ser cautivada por tu sonrisa;
mientras tus labios me roban mil suspiros.

Por eso dime, ¿Qué debo hacer para hacerte aún más feliz?
Aunque mi cabeza descansa sobre la misma almohada que descansa la tuya,
a veces me invade el miedo de despertar y ya no verte junto a mí...
Porque la verdad es que nunca quiero verte partir,
la verdad es que nunca quiero estar sin ti.