Mi Locura (Cont.)

     Podría durar todo el día observándote y nunca cansarme. Y a veces; sólo, a veces, siento que me falta el aire cuando llego a un punto de la noche en que extrañarte tanto me hiere más que una daga al corazón, con cada suspiro entre versos y entre lagrimas, al sentirte cada vez más lejano a mis manos cuando no te veo a mi alredor...

    Es que te prefiero a ti que al aire, prefiero versarte en mis días de desolación, en mis días donde sólo respiro tu ausencia... Ni te imaginas cuánto te extraño cada vez que lejos de tus brazos me encuentro, cada vez que mis ojos te buscan sin poder conseguirse con tus pupilas, cada vez que mis labios te llaman entre silencios eternos, cuando el frío es lo más cercano que tengo de tu recuerdo... Es que te necesito tanto, -debo confesarlo- cada vez que estoy lejos de ti siento que se me escapa el alma, siento que mi día es el más gris aun con el sol más alegre. Siento que se me escapa la vida como arena entre los dedos, como suspiros al viento cada vez que te recuerdo, que te verso... Que te extraño.

     Y este nudo que vive tras mi tráquea cada vez que me ahogo en mares de versos existentes en mi desespero... No me deja respirar. Por tratar de hallar alguna forma de tenerte siempre entre mis brazos; aunque tengamos que despedirnos, aunque tengamos que separar nuestros dedos entrelazados, aunque me toca caminar a solas, aunque me toca alejarme de tus pupilas... Aunque me toca vivir en este silencio sin poder escuchar tu voz, reviviendo cada detalle, cada momento; entre cada una de mis letras, entre cada latido, sin poder evitar soltar una lagrima, sin poder evitar caer aún más en la oscuridad de mi habitación, esperando por el día en que tu luz ilumine mi vida y mi espíritu, en que tus ojos me guien, tus manos me abriguen, que tu voz sea como mi padre nuestro y tu amor como mi pan de cada día...

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