Usted.

     Usted suele ser todo lo que habita en mi mente. Suele quitarme el sueño por las noches, desvaneciendo toda fría ausencia de mi piel cuando vienes y me abrazas por la espalda, sonriéndome sin mediar palabras y besándome hasta el alma. Logrando alegrar mi vida de una manera que jamás podría explicar. Logrando florecer mi espíritu y calmar a mis demonios, borrando cualquier tipo de dolor experimentado, convirtiendo lo negro en morado, los días oscuros en los más iluminados y sonrientes; cuando te siento a mi lado.

     Ahora, no me hace falta soñarte si puedo convertir mis sueños en realidad. Compartiéndolos y viviéndolos día tras día, semana tras semana; con usted... Transformando cada mes en nuevas aventuras, en algo maravilloso, dándole color y vida a sus días con la misma intensidad de amarte y ser amada, de cuidarte y protegerte como a un bebé recién nacido, sonriéndole a la vida porque usted está conmigo.

      Así de sencillo puede parecer, pero la realidad es que es algo más complicado de explicar con palabras, aunque no puedo evitar versarte desde temprano en la mañana. Porque no puedo evitar perderme en el cielo de su mirada y cobijarme entre sus brazos... Donde todas esas tardes compartidas se reúnen sin previo aviso aquí en mi memoria y se repiten a cada hora como si fueran canción.

       Y es que, su mirada me sonríe tan dulcemente y sus labios que al mirarme incitan a besárlos... Podría terminar más loca aunque caer en ellos sería lo más cuerdo de esto... Siento como si mi alma tomara vuelo y mis pies se fueran a despegar del suelo cada vez que sus cachetes se sonrojan y por sus labios se asoman las palabras que hacen vibrar hasta mis huesos, que me hacen suspirar más que cuando le estoy escribiendo, me hace libre, me hace volar y sentirme realmente viva, me hacen más feliz que la poesía. Usted tiene todo lo que quiero, sólo usted puede hacerme feliz y romperme al mismo tiempo... Por usted me desvelo en mis noches de invierno, reviviéndote entre mis escritos, respirándote entre mi pecho, entre cada latido que esperan por ver sus ojos de nuevo.