Diario De Una Loca Sin Motivos (Cont.)
He despertado de nuevo con una lágrima, corriendo apresurada por mi mejilla, mis ojos no se cansan de llorarte, ya exhausta se encuentra mi garganta de tanto gritar tu nombre en el olvido, ya mis manos se acostumbraron a este absurdo frío ¿Y tú dónde estás? Ya mi alma se encuentra agotada de tanto sufrir, de tanto esperar por alguien que jamás regresará, de tanto mantener vivo una simple esperanza que poco a poco se va borrando con el transcurso del tiempo...
En esta vida no se puede vivir de ilusiones ni de sueños, aunque por mucho que fueses tú mi realidad, debo de despertar ya de este maldito tormento, debo de conseguir de alguna manera olvidarte... Aunque realmente no quiera, debo de arrancarte por completo.
Pero es que, te amo tanto, que lo único que anhela mi corazón es poder verte, poder abrazarte y llorar entre tus brazos, aunque mis manos también se mueran por golpearte, por tanto tiempo que estuve sufriendo y que tú nunca te diste cuenta, nunca regresaste a salvarme y por más que lo desee, sé muy bien que nunca regresarás.
No sabes cómo me está matando todo esto... ¿El tiempo cura cualquier herida? Creo que el que dijo eso estaba muy equivocado, o tal vez, el tiempo nunca tendrá compasión de mi. Porque mientras más transcurre el tiempo, más te sigo extrañando mientras más te amo, y aunque por más que lo intente, nunca he conseguido olvidarte por completo.
Ya ni me consigo a mí misma, mi alma se quedó estancada en el pasado, en aquellos tiempos donde todo a mi alrededor era de un color marrón, de unos labios y unos brazos; de un pecho tan acogedor para mis mañanas, de unas manos donde podía pasar mis tardes, donde los besos eran el mejor tema de conversación para brindarme calma, para llenar mi cuerpo, para colmar mi alma de una infinita felicidad, que sólo él sabía cómo llenarme, sólo él podía complementar mis días y mis noches, sólo sus dedos lograban encajar perfectamente con los míos al entrelazarlos.
Ahora, ya ni recuerdo cómo se sentía al verlo llegar, con esa sonrisa, esa maldita sonrisa que ahora agobia mi existencia. Es lo único que puedo recordar con detenimiento, porque hasta se me olvido cómo era su voz, cómo era su voz al pronunciar mi nombre o cuando me susurraba al oído cuanto me amaba. Se me olvido también, cómo era dormir entre sus brazos, lograba descansar mi alma al dormir que juro que no deseaba que se acabará ese simple momento... ¡MALDITA SEA! Dime, ¿Cómo podré olvidar todo eso? Cada segundo que pasé a su lado, cada detalle, cada suspiro, cada mirada, cualquier cosa por muy sencilla que sea, se quedo grabada en mi memoria y se repite cada día como si fuera una película rayada.
Por favor, dime ¿Cómo lograste olvidar todos esos momentos? Quisiera poder vivir realmente, poder ver a otra persona y no verte en ella, poder abrazarlo y no pensar en ti. Poder vivir sin desear que vuelvas, que vuelvas urgentemente a mis brazos ¿Acaso no ves que te extraño? Te necesito más de lo que debo admitir, pero debo admitir también, que necesito más olvidarte que lo que te necesito de nuevo en mi vida y eso, me mata aún más por dentro...
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