Cuando Te Pienso.

¿Habrá sido la manera en que brillaban sus ojos o la manera en que se expresaban sus labios? Desde esa noche, nunca sale de mi mente cada detalle de su encanto, nunca se me olvidan las líneas que tienen trazadas las palmas de sus manos. Aquel aroma que dejó en mi ropa; hoy en día permanece intacto.

Desde aquel encuentro, perderme en sus pupilas es algo inevitable. Observarlo sonreír mientras habla de algo que le encante, ver la manera en que sus labios se arrugan cada vez que mi nombre de ellos salen, sentirme en las nubes cada vez que sus brazos me rodean haciendo que mi alma sane... Suspiro al recordar cada momento que compartimos desde aquel instante.

Es sorprendente cómo tu vida puede cambiar tanto, girando hacia tu lado en aquellos encuentros tal vez predestinados, haciendo que todo el cosmos conspire a su favor… Un tanto inconsciente, porque aunque tú no lo quieras a veces el amor llega así; de repente. Aunque no lo esperes y aunque no lo quieras, llega e invade tu cuerpo, tu alma, tu mundo, tu mente… Convirtiéndose en tu vida entera, casi siempre sin pedir permiso. Y aunque no necesites de alguien más para ser feliz, si no está él te derrumbas por el piso.

Dime, después de tanto y después de todo ¿Cómo no amarle tanto? Vivir de una felicidad que nunca antes había respirado, contemplar el mundo de una manera que jamás he observado, al lado del hombre que mi alma añora y a mi vida le dio significado. Vivir en un sueño pero de esos que sí se vuelven realidad. Despertar y ver que a mi lado duerme… Es la mejor sensación del mundo, el mejor regalo que te da la vida, la mejor bendición que puedo recibir.

Siguen pasando los meses desde aquella noche de diciembre y aún sigo preguntándome si habrán sido sus pupilas los que me hipnotizaron o si habrán sido sus labios los que me embrujaron. Tal vez su mente fue lo que me atrapó, porque salir de una atracción mental es más difícil que salir de aquellas atracciones químicas de las que hubo pero que nunca se dio. A veces me pongo a pensar que nuestro encuentro viene desde tiempo atrás… Donde nuestro subconsciente no tiene memoria, sólo aquella intuición de seguir juntos el mismo camino, aquella sensación de que ya nos hemos conocido; en algún lugar y en algún momento de la historia, donde alguna vez nos prometimos que nos íbamos a conseguir de nuevo, en otra vida, y que así lo hicimos.

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